A las 4:40 de la mañana sale todos los días Adriana de su casa hacia la empresa donde realiza sus prácticas laborales como técnico en gestión administrativa, allí permanece de 7 a.m. a 5 p.m., luego un viaje de tres horas la devolverá a casa, es un trayecto largo y el tráfico no ayuda, sin embargo ella expresa:
“Me siento bien, el ambiente es muy bueno y uno aprende mucho… es muy diferente trabajar a estudiar”
Mientras tanto, Yireth realiza prácticas en una clínica; allí debe hacer todo lo que hace una auxiliar de enfermería: tender camas, alimentar a los pacientes, darles la medicación, cambiarles el pañal, bañarlos, canalizarlos, tomarles la tensión arterial y signos vitales. Dice:
“Estoy muy feliz, estaré tres semestres y ya voy en el segundo. Mi expectativa es ganar un contrato de aprendizaje con uno de los hospitales con los que tiene convenio la escuela”.
En el caso de Edna Lorena, quien se prepara como estilista integral, el reto ha sido afrontar la intervención en el cuerpo de otras personas, ella comenta:
“…es mucha práctica y si uno se suelta aprende, tener la agilidad y no tener miedo a cortar, no tener miedo a peinar a niñas de 2 o 3 años, no sentir ese vértigo, he logrado desenvolverme…”
Y Katherine estudiante de tecnología en contabilidad y finanzas, al igual que jóvenes que han pasado antes por este proyecto, se reta a dar un paso más:
“… el 30 de agosto termino las prácticas del tecnólogo, mi expectativa es continuar con el profesional de contaduría pública, sería ya para el otro año, a principios de año buscaré la universidad para inscribirme”.
Y así los 13 jóvenes van haciendo su camino con disciplina y anhelos de mejorar sus condiciones de vida a partir de la educación, y aprovechan su momento en las instituciones educativas donde encontraron la oportunidad de seguir creciendo académicamente y asumir retos.
Por eso, en Acompaña un sueño sabemos que financiar estudios de educación superior técnica, tecnológica o profesional de jóvenes de escasos recursos tiene un impacto positivo en ellos, en sus familias y en su comunidad.
No solo es una contribución para superar barreras económicas y facilitar el sostenimiento diario en una institución educativa, principalmente es una oportunidad para estructurar metas y hacer un plan de vida.
Además, este proyecto invita a espacios de encuentro donde se busca el fortalecer habilidades sociales, explorar planes a futuro y tiempos para la recreación. De ahí que este semestre se tiene proyectado realizar un taller enfocado al entrenamiento en competencias para el trabajo, ya sea mediante la búsqueda de empleo o a través de la creación del propio proyecto productivo.
Hay muchas expectativas
“Cabe la posibilidad de continuar con el tecnólogo pero no me llama la atención, mi fuerte son otras cosas… en el área de sistemas hay que actualizarse, todos los días se inventan cosas y tampoco me gustaría estar muy centrada en el tema. …Yo se manejar máquinas de coser, en la casa tenemos máquinas, yo lo llamo una microempresa, entonces mi idea es seguir por esa vía hasta formar una empresa”. Deisy Dayana, estudiante técnico en sistemas.
“Siempre me ha gustado la barbería porque uno puede ser el propio jefe, no hay nadie que lo mande a uno, que le diga que haga y que no, uno no depende de nadie sino de uno y eso fue lo que me llamó más la atención y creo que la academia donde estudio fue la mejor elección”. Jhon, estudiante de barbería.
“Me ha gustado mucho pero me he dado cuenta que me enfocaría más hacia lo administrativo por los horarios, en los turnos de las diferentes áreas del hotel tienes que tener una disponibilidad casi que total”. Michell, estudiante de tecnología en gestión hotelera.
“Quiero hacer este técnico y después entrar a la universidad, luego con más elementos quiero estudiar licenciatura en química o química pura”, Yuli, estudiante de alistamiento de laboratorios de análisis y ensayos.
“Mi estudio actual me va ayudar para poder trabajar y pagar mi carrera en la universidad”. Jéssica, estudiante de técnico en recursos humanos.
En Acompaña un Sueño hemos sido testigos de la graduación de la mayoría de jóvenes que se han vinculado, su ingreso al ámbito laboral u a otros programas académicos, así como sus capacidades de vivir la vida con complacencia.
También hemos visto que el Programa sirve de referente, así lo expresa Juan, estudiante de derecho:
“Yo también cuento con el ejemplo de la Fundación… donde veo que esta es gente que trabaja por los jóvenes y esto es lo que yo también quiero hacer, quiero tener un consultorio jurídico propio y especializarme en derecho de familia, en derecho laboral, algo que le ayude a la gente a salir de los problemas que la agobian”.
Acompaña un Sueño continúa la recolección de donaciones para el Fondo de Estudios Superiores con la expectativa de vincular más jóvenes, a final de 2018 serán aproximadamente 19 estudiantes quienes terminen el ciclo de educación media secundaria.